Sexto día: Shirakawago, Nagoya, Hakone

Siguiendo por el interior de Japón, saliendo desde Takayama nos vamos a la región de Shirakawago, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mas concretamente al pueblo de Ogimachi. Shirakawa-go es el nombre de una zona en el valle del río Shogawa, prefectura de Gifu y es famosa por sus casas construidas al estilo gassho-zukuri típico de la región. Este estilo se reconoce por sus altos techos de paja con la forma de manos unidas en oración. Los interiores son de madera, tienen una chimenea en el centro y están hechos para resistir las fuertes nevadas del invierno. Las residencias familiares de Shirakawago se conservan en su estado original desde hace casi 250 años. En las aldeas, las casas están separadas por campos de arroz que están conectadas por caminos un poco elevados. Empezamos la ruta desde el mirador de Shiroyama, al norte de la aldea y lugar donde se encontraba el castillo de Ogimachi. Desde allí se disfruta de una preciosa vista de la aldea y de sus casas.
Aparte de pasear tranquilamente por sus calles hay que visitar una de las casas tradicionales como por ejemplo la casa de la familia Wada (Wada-ke), que es una de las familias más ricas de Ogimachi y una de las mejor preservadas. La residencia Wada-ke fue construida a mediados del periodo Edo y sigue desempeñando sus funciones como residencia. En el interior se muestran utensilios, objetos y documentos antiguos pertenecientes a la familia Wada y en la buhardilla encontramos los utensilios para la cría de gusanos de seda. La seda, junto a la pólvora (ensho), era la otra principal fuente de ingresos y su actividad comercial jugó un papel muy importante. Sin embargo, a partir del año 1960, debido al bajo precio de las importaciones y a la proliferación del uso de la fibra sintética, esta industria cayó en declive. La familia Wada cría 500 gusanos entre los meses de julio y agosto y refina la pólvora elaborada por otras familias. La pólvora se obtiene mediante el proceso de fermentación de la mezcla de hierba, excrementos de gusanos de seda y orina humana. La fabricación de pólvora durante el periodo Edo fue una actividad comercial que reportó mucho dinero.
De aquí nos vamos a Nagoya para coger el tren bala con destino a Odawara.
Nagoya (名古屋市 Nagoya-shi) es la cuarta ciudad más grande de Japón, ciudad de grandes rascacielos, localizada en la costa del Pacífico en la región de Chūbu, en el centro de la isla de Honshū, es la capital de la prefectura de Aichi. La principal industria de Nagoya es el negocio de la automoción y aquí tiene su sede, entre otras, la marca de lujo Lexus perteneciente a Toyota, eso se ve reflejado en la cantidad de coches de marca Toyota que veremos por esta región. Aquí no nos paramos aunque tiene bastante para ver, así que si vais con tiempo recomiendo hacer una noche aquí y continuar de camino a Hokone al día siguiente.
Aquí quiero hacer un inciso y contar una experiencia que espero sirva de reflexión. A estas alturas del viaje el cansancio empieza a pasar factura y cuando entré en el tren bala cambié mi rutina. No dejé mi mochila conmigo sino que la subí al guardamaletas. Al rato de estar sentada en el tren, el paisaje se fué haciendo monotomo y la cámara me empezó a pesar, así que decidí quitármela del cuello y como no tenía mi mochila, dejarla en la bolsa del asiento delantero. Una hora después llegamos a Odawara, cogí mi mochila y salí pitando del tren. Horror, el tren se marchó con mi cámara. Desesperada hablé con mi guía Akiko que me dijo que me calmara que cuando llegaramos a Tokio al día siguiente me la devolvían. Hablamos con los funcionararios correspondientes de la Japan Rail que tomaron nota y me aseguraron que no había ningún problema, que la cámara la podría recoger al día siguiente en Tokio. Podeís imaginar mi desesperación, no conseguía hacerles entender que no era una cámara de juguete, sino una profesional que costaba una pasta y que nadie iba a devolvérmela. Ante mi negatividad, Akiko me aseguró que ella iba a estar constantemente en contacto con la Japan Rail y que en cuanto supiera algo me lo comunicaría. Ni que decir que pasé una noche y un día que no deseo a nadie, a pesar de todos los esfuerzos por saber algo, no fué hasta el día siguiente por la tarde cuando por fín un funcionario se puso en contacto con mi guía para decirle que efectivamente se había encontrado una cámara en el tren y que fueramos a la oficina de objetos perdidos en Tokio para identificarla. Muy amablemente Akiko me acompañó y voilà, mi cámara me fué entregada tal y como yo la dejé, en una bolsa de plástico. No daba crédito a mis ojos, pero era real. Esta experiencia solo puede tener final feliz en Japón. No imagino ningún otro sitio que la gente sea tan honrada y tan empática como aquí. Su filosofía es que si no lo deseas para ti no lo desees para otro; no desean ningún mal ajeno pues no lo quieren para ellos y, por supuesto, no se quedan nada que no sea suyo, pues se ponen en tu lugar y piensan lo que te habrá costado comprártelo y la angustía que sientes al perderlo. En fin, conclusión: estaré eternamente agradecida al pueblo japonés por ser como son y a Akiko por ayudarme en este dificil trance, ah y aprendí una lección: no cambiar mi rutina y no abandonar nunca mi cámara.
Y, después, de perder mi cámara llegamos a Hakone (箱根), punto turístico muy importante, principalmente por sus baños termales naturales colectivos (onsen) y por la belleza de su paisaje, ya que se encuentra dentro del Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu. Nosotros nos alojamos en Hakone Yumoto situado en una zona boscosa a orillas del río Hayakawa, problemente la mejor zona por la calidad y variedad de sus aguas. En esta zona se puede elegir entre alojarse en un hotel clásico con habitación japonesa o en un ryokan (旅館), que es un tipo de alojamiento tradicional japonés que originalmente se creó para hospedar visitantes de corta estancia. Entre otras comodidades, dispone de habitaciones con piso de tatami, algunas de ellas incluso tienen una terraza con una pequeña bañera termal al aire libre y de baños termales colectivos (onsen).
Las anteriores fotos han sido cedidas en su mayoría por mi pareja, ya que no estaba en situación de hacer ninguna foto, mi mas sincero agradecimiento.
Y con esto me despido hasta la semana que viene, con cámara prestada hasta Tokio, que seguiré contando el Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu.
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