COVID-19, un día más, un día menos

Estos días de confinamiento dan para reflexionar. Que tiempo tan malo nos ha tocado vivir, algo hemos hecho mal que nos está pasando factura, hemos tratado a la naturaleza tan mal que nos lo ha devuelto. A solas, en mi ordenador la vida pasa, fuera hay gente luchando para parar este maldito virus y gente que trabaja para que nosotros en nuestras casas podamos seguir manteniendo un nivel de abastecimiento y seguridad.

Aprovechando que tenía que comprar productos frescos me acerqué a uno de los supermercados mas representativos de Majadahonda «Labrandero«. ¿Quién no conoce este supermercado de toda la vida de Majadahonda?. Yo no soy de aquí, vine hace ya mas de 15 años y desde el primer día he comprado en Labrandero mis productos frescos, así que ahora en estos tiempos no iba a ser menos. Les llamé por teléfono y les pregunté si estaban bien de suministro y les encargué la compra. Con su amabilidad de siempre me facilitaron los medios para recogerla o llevármela a casa. Preferí ir para ver que sensaciones se respiraban en la calle.

No puedo describir la soledad que experimenté vagando por una ciudad fantasma, calles solitarias, restaurantes y tiendas cerradas, solo de vez en cuando alguna persona paseando a su perro o cabizbajo hacia el trabajo o hacia, como yo, comprar lo mas básico. Miedo en la gente cuando te cruzas con ella, miedo en sus miradas, miradas tristes que no entienden por qué está pasando esto. Miedo a lo que no conocen, miedo a que sin querer les roces. En definitiva «MIEDO«. Por otro lado nos encontramos al personal que tiene que seguir trabajando, resignado a lo que le pueda pasar, pero sin poder hacer nada mas que seguir con las pautas marcadas por el Gobierno, en muchos casos sin medidas de seguridad, pero sin abandonar su puesto de trabajo.

No voy a alargarme mas, os dejo mis fotos que creo que expresan mas que mis palabras. Por cierto, los estantes están llenos de productos frescos y si compramos con mesura habrá para todos.