Trakai, Castillo de Trakai, Colina de las cruces

Entrada al castillo

Dejamos la capital de Lituania (Vinius) para dirigirnos a Trakai y visitar su castillo. Trakai se encuentra a escasa media hora de Vilnius y es el único Parque Histórico Nacional de Lituania. Esta pueblo fue la capital de Lituania en la Edad Media y uno de sus centros políticos y estratégicos. Trakai es una estrecha península entre 3 lagos, Galvé, Luka y Totoriskiu y el castillo de inicios del s, XV, una de las fortalezas medievales mas hermosas de Lituania, además de ser el lugar donde nació Vytautas el Grande, héroe nacional de Lituania. El castillo de Trakai se encuentra en el Lago Galvé, de estilo gótico y de ladrillo rojo se caracteriza por ser el único castillo europeo levantado en una isla en mitad de un lago y se accede a él a través de un bonito puente de madera. Entramos directamente al patio de armas donde hay una zona con 2 niveles y accedemos a la torre del Gran Duque que tiene un patio interior rodeado por escaleras de madera que dan acceso a salas donde podremos ver muebles, monedas, mapas, maquetas de la fortaleza, etc.

 

La historia de este pueblo lituano se remonta al siglo XIII, época de máximo esplendor del lugar ya que, según cuentan las leyendas el Gran Duque Gediminas se enamoró de Trakai durante una cacería y decidió construir un rudimentario castillo que más tarde se convertiría en capital del Gran Ducado de Lituania. La pequeña ciudad se extiende a lo largo de 2 kilómetros y lógicamente su calle principal se llama Vytauto. Nosotros dimos un agradable paseo por los alrededores, disfrutando de las preciosas casas pintadas en alegres colores y algunas de ellas todavía son propiedad de familias caraítas. El pueblo caraítas llegó a Trakai en 1397 de la mano de Vytautas procedente de Crimea (Ucrania) y aunque al principio llegaron alrededor de 500 familias hoy en día tan sólo quedan unas pocas.  Los caraítas practican una rama del judaísmo y tuvieron una gran importancia económica hasta mediados del siglo XVII, fecha en la que la ciudad fue saqueada e incendiada y muchos de ellos se trasladaron a otras zonas del país. Para identificar cual son estas casas basta con fijarse si en la fachada principal hay tres ventanas, que según cuenta son miradas dedicadas a Dios, la familia y al Gran Duque Vytautas que los trajo allí para custodiar el castillo.

Si el tiempo acompaña puede ser una buena idea alquilar un patín, una barca de remos o un velero con capitán y todo, para disfrutar del entorno y poder rodear el castillo, aunque no es necesario, ya que es posible rodear el castillo a pie y disfrutar del paisaje,  de su flora y fauna desde tierra. Como sugerencia, si podéis planear la visita, es aconsejable hacerla por la tarde pues el atardecer es precioso.

Y de aquí nos iremos a Letonia, pero no podemos abandonar Lituania sin acercarnos  a la Colina de las Cruces. Al contrario de lo que cree la gente, la Colina de las Cruces no es un cementerio, se trata sólo de cruces puestas por los familiares de «los Hermanos de Lituania» cuando durante las rebeliones fallidas contra la Rusia zarista, los «Hermanos de Lituania» fueron aniquilados y sus familiares no pudieron recuperar sus cuerpos pusieron una cruz por cada uno de los hermanos caídos como símbolo de resistencia contra el invasor. Durante la ocupación soviética fueron quitadas, pero lo gente volvía a ponerlas, incluso se llego a incendiar la colina varias veces, los tractores la rompieron y se arrojó basura para convertirla en un vertedero, incluso había un proyecto de construir una presa para inundarla, pero nada sirvió y cuando en 1991 Lituania logró su independencia se convirtió en un símbolo de ella.. Actualmente es centro de oración y peregrinación de culto católico, la gente se acerca allí para llevar sus propias cruces o comprarlas en los quioscos de la entrada, por lo que la colina sigue y sigue creciendo día a día. El acceso es libre. Hay todo tipo de cruces, con notas escritas en recuerdo de un ser querido, o con oraciones para quien lo necesita. En algunas cuelgan rosarios, flores y objetos personales que son símbolos de tristeza, alegría, ilusión, fé, etc. La colina se puede atravesar por unas escaleras que la parten en dos o rodearla para ver toda su magnitud e internarse en los caminos que hay. Atravesando la colina y siguiendo por el camino llegamos a un pequeña y moderna capilla franciscana, de hecho parece una cafetería y hasta que no estás dentro  no sabes lo que es. En septiembre de 1993 con motivo de la visita del Papa, se puso una gran cruz y además se celebró una multitudinaria misa desde el púlpito que se ve a la izquierda. Dicen que en su visita, el Papa Juan Pablo II quedó visiblemente emocionado al ver la inscripción de una de las cruces que fue puesta justo después del atentado fallido de 1981 en el que pone «Cristo ten piedad del Papa, Lituania te lo suplica de rodillas«.

 

 

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