Tercer día: Kyoto, Sanjusangendo, Templo Kinkakuji (Pabellón Dorado), Castillo de Nijo, Santuario Shintoísta de Heian.

Kinkakuji o Templo Dorado

Kyoto (京都市 Kyōto-Shi)  significa «ciudad capital o ciudad imperial» ya que durante siglos fue el principal centro político, administrativo y religioso de Japón, un estatus que queda reflejado en la enorme cantidad de edificios notables que aún guardan sus calles. Además Kyoto fue la única gran ciudad japonesa que no sufrió bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y por ello  preserva su espectacular centro histórico. Es la ciudad más tradicional de Japón con decenas de preciosos templos,  la mayoría de ellos Patrimonio de la Humanidad, de los que hablaré mas adelantepues voy a empezar el recorrido por el Kyoto urbano.
Una de las cosas que llama la atención es la Torre de Kyoto, una aguja de 130 metros desde la cual se puede disfrutar de una vista única de la capital. Eso sí, hay que llegar a primera hora pues las colas son interminables.

Ya que estamos aquí es imprescindible visitar la estación central de Kyoto de la compañía JR, una de las más grandes de Japón y uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Se inauguró en 1997 para conmemorar el 1200 Aniversario de la fundación de la ciudad y desde un principio fue causa de polémica entre los habitantes de la ciudad, pues muchos de ellos la consideraban una aberración. El edificio tiene 70 metros de altura y 470 metros de largo, con un diseño bastante futurista.
Todo el complejo es obra del arquitecto Hiroshi Hara, contiene 15 vías para trenes convencionales y 4 para los trenes de alta velocidad Shinkansen (Tren bala)  también alberga los ferrocarriles de la línea privada Kintetsu, una de las líneas de metro de Kyoto, un hotel, numerosas tiendas y locales para comer o beber, diversos establecimientos tipo supermercado o grandes almacenes. Imprescindible subir sus inacabables escaleras mecánicas que compiten con otras en cemento diseñadas en grupos, con un total de 171 escalones y 15 plantas, con forma de anfiteatro griego y que acaban en un escenario en el que se desarrollan conciertos y varias actividades y tienen una bonita iluminación. En los últimos pisos es donde están los mejores restaurantes para tomar soba. Pero  son sus techos de acero y cristal, con formas sinuosas y onduladas volando de manera imposible sobre nosotros, lo que impresiona. Una vez subidas todas las escaleras la vista desde la terraza es espectacular. Por último, no olvidarnos de las galerías subterráneas Porta, que aunque no forman parte del edificio de la estación están justo delante de la salida y forman todo un centro comercial subterraneo. En esa misma plaza encontraremos  la estación de autobuses para movernos por toda la ciudad y una parada de taxis. Como dato interesante, en la plaza a eso de las 7 de la tarde hay un espectáculo de luz y sonido con las fuentes que merece la pena no perderse.

Antes de entrar en los diferentes templos y santuarios merece la pena un paseito por el barrio de Gion y el callejón Pontocho. Situado enfrente del Santuario Yasaka, el barrio de Gion es conocido por la multitud de casas de té y restaurantes frecuentados por las geishasmaikos  (aprendices de geishas).  Estas calles con casas que evocan la perfección de la arquitectura del antiguo Japón se repiten en  el estrecho callejón Pontocho donde muchas de las construcciones son aún de madera. Aquí también encontraremos casas de té, pequeños restaurantes y hasta algunos de los restaurantes más lujosos de la ciudad. Los restaurantes de mano izquierda en sentido bajada suelen tener una terraza que da al río Kamo, lo que los hace especialmente interesantes.

Sanjusangendo (三十三間堂) el templo de las 1001 estatuas de Avalokiteśvara, fue construido en 1164 por el emperador Go Shirakawa, en una época difícil de frecuentes inundaciones, huracanes y hambruna. El templo, por tanto, se halla dedicado a Kannon, la deidad budista de la misericordia. La leyenda dice que Kannon, que representa la compasión, posee 11 cabezas para poder escuchar los lamentos de la gente que sufre y 1000 brazos para poder ayudar a todos ellos.
Su salón principal o Hondo es la estructura de madera más larga de Japón, con sus 120m de largo y 16.5m de ancho, alberga 1.001 estatuas idénticas y alineadas de la diosa Kannon. Las estatuas de madera recubiertas de oro, son como un ejército de interminables brazos. Este universo budista está protegido por veintiocho deidades que le dan al lugar la armonía de la exactitud y de la inmutabilidad. Aparte de la diosa, hay estatuas de los 28 espíritus/deidades guardianes subordinados de Kannon, destacando las de Raijin (dios del rayo y el trueno) y Fujin (dios del viento). Estos dos, junto a la estatua grande de Kannon, son Tesoros Nacionales de Japón. En este templo, como en la mayoría, está prohibido fotografiar en el interior por lo que no dispongo de fotos propias del interior nada mas que las cogidas del folleto informativo y logicamente la calidad deja mucho que desear así que si estáis interesados podéis ver la galería de google.

El Kinkakuji (金閣寺), Pabellón Dorado, es uno de los templos mas bellos de Kyoto. Es un templo zen situado al norte de Kyoto que data del 1397 como una villa de descanso del shogun Ashikaga Yoshimitsu y su hijo que lo convirtió en un templo Zen. El templo es un edificio de tres plantas. La primera es de madera, pero las dos superiores son de pan de oro, dándole la característica coloración dorada y a eso debe su nombre. Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1.994, y en su interior se guardan las reliquias de Buda. Precisamente el budismo japonés está muy presente en los mismos jardines del templo, ya que nos encontramos con un imponente estanque, el Espejo de Agua, lleno de islas, piedras y pinos que representan varios elementos del budismo, un autentico jardín japonés de impresionante belleza. Curiosamente, el pabellón está culminado por una figura china, el fenghuang o “Ave Fénix” china.

 

El Castillo de Nijo  o Nijo-jo (二条城) fue construido en 1603 como residencia del primer shogun del periodo Edo (1603-1867), Tokugawa Ieyasu y fue utilizado por la familia Tokugawa desde entonces. En 1867, cuando se abolió el shogunato y Japón se abrió al exterior, el castillo se utilizó brevemente como palacio imperial hasta que fue donado a la ciudad y abrió sus puertas al público. Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1994. Y llegados aquí nos preguntaremos ¿qué es shogun?. Pues la persona que era designada por el emperador para gobernar Japón de forma totalitaria. Esto sucedió desde el año 1192 hasta 1876 que es cuando se prohibió la figura del shogun.
La entrada principal al castillo de Nijo es la impresionante puerta Karamon que nos llevará hasta la entrada del palacio Ninomaru (literalmente, segundo círculo de defensa), donde se encontraba la residencia y las oficinas del shogun durante sus visitas a Kyoto. El palacio consta de 6 edificios unidos entre si, que ha sido designado como tesoro nacional por ser el único ejemplo preservado de un complejo de palacios fortificados.  En su interior se hallan las salas de tatami con techos y paredes bellamente decoradas con mas de 3.600 pinturas murales, muchas de ellas de la era Kan’el, de la escuela Kano. Las puertas correderas son de papel blanco de arroz traslúcido, y los suelos de ruiseñor, que chirrían cuando uno pasa por encima y que servían en su momento como medida de seguridad ante visitantes no deseados. Daba igual lo sigiloso que se intentara ser, los suelos siempre hacían ruido alertando así a los habitantes del castillo.
En el recinto existen varios jardines, el Seiryu-en, mitad estilo japonés y  mitad occidental cubierto de cesped, pero para mi la obra maestra es el jardín Ninomaru, diseñado con estilo Shoin y con 3 islas flotantes la isla Horai (monte mágico de las mitologías china y japonesa) y en ambos lados las islas «tortuga» y «grulla»

El Santuario shintoísta de Heian (平安神宫 Heian-Jingu) se construyó en 1895 para conmemorar la creación de la ciudad de Heian -Kyō  (antiguo nombre Kyoto). En ese año se celebraba el 1.100 aniversario y se pretendía honrar en este santuario shintoísta a los emperadores Kanmu y Komei. Kanmu fue el que trasladó la capital nipona a Kyoto y Komei el último emperador en residir en Kyoto justo antes del Emperador Meiji que se llevó la capital a Tokyo.
La entrada principal es una estructura de dos pisos y 24 metros de tejados verdes sobre estructuras de madera pintadas de rojo. A continuación, encontramos una gran explanada de gravilla blanca que organiza los edificios simétricamente en el interior del templo. Esta simetría es recalcada por las fuentes apostadas a ambos lados de la misma que se utilizan para el temizu o ceremonia de purificación.
A continuación, dos torres de estilo chino representan los protectores de la antigua geomancia oriental: el Tigre Blanco (Byakko-ro) al este y el Dragón Azul (Soryu-ro) al oeste. Ambas estructuras gemelas constan de dos pisos. En el piso inferior se realizan funciones religiosas mientras que el superior, compuesto de tres cuerpos, es básicamente ornamental.

Salón de los Espirítus (Honden) es donde reposan los espíritus de los Emperadores Kammu y Komei (padre del emperador Meiji y el último emperador que residió en Kyoto). A diferencia de otros elementos del complejo, el Honden no está pintado, mostrando su estructura de madera de ciprés de 8 por 8.5 metros.
Mención especial merece el jardín del Heian  realizado por el diseñador paisajista Jihei Ogawa, uno de los más famosos al final del siglo XIX, quien desarrolló una secuencia de jardines que conducen al visitante desde una experiencia íntima, aislada del mundo exterior, a una escala mayor donde las fiestas y banquetes eran frecuentes y en la que la arquitectura aparece como un elemento decorativo en la composición paisajista. Utilizando distintas especies, algunas traídas de Europa, Ogawa le otorgó a los jardines un interés visual durante las cuatro estaciones. Se organizan en torno a cuatro estanques: este, oeste, sur y centro, cada uno más grande que el otro y con un significado específico.

 

 

 

 

4 Comments on “Tercer día: Kyoto, Sanjusangendo, Templo Kinkakuji (Pabellón Dorado), Castillo de Nijo, Santuario Shintoísta de Heian.”

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